¿Qué es la alergia a medicamentos y cómo se manifiesta en los niños?
Una alergia a medicamentos implica una respuesta sumamente individual a un fármaco que, en la mayoría de las ocasiones, ya ha sido utilizado por una persona. Y es justamente esta interacción entre el medicamento y nuestro cuerpo, la que puede resultar en una alergia.
El uso de un medicamento es también algo que tiene que ver con nuestra historia personal: haber tenido alguna infección para la cual se nos dio un determinado antibiótico, haber tenido la necesidad de que un medicamento se administrara por vía intravenosa, haber usado un medicamento específico que tuvo que ver con nuestra historia personal de salud.
La alergia a medicamentos en ese sentido es diferente de la alergia a alimentos y alergia respiratoria. La forma de hacer un diagnóstico en alergia respiratoria y alimentos se maneja con la aplicación en la piel de una selección de sustancias a las que una gran cantidad de gente se ve expuesta. Una gran cantidad de personas se exponen a la leche en su infancia, al huevo durante el inicio de la alimentación complementaria, al ácaro y a las partículas de la piel de perro y gato en el ambiente intradomiciliario. Es por esto que para hacer estos diagnósticos, se trabaja con grupos de sustancias a las que prácticamente todos hemos tenido una exposición en un punto temprano de nuestras vidas.
Sin embargo, la historia con los medicamentos, es muy diferente.
Un alergólogo necesita primero platicar a detalle contigo para saber a qué medicamentos has estado expuesto. Si ha sido vía oral o parenteral (es decir, intramuscular o intravenosa). Si fue la primera vez que lo usabas o lo habías usado anteriormente. Y sobre todo, si tuviste una reacción que sea sospechosa de ser de origen alérgico, es decir, de que haya sido TU sistema de defensas el que ocasionó la reacción.
Esta diferencia en la causa potencial es importante. Todos los fármacos ocasionan más de una respuesta en el cuerpo. Parte de esa respuesta es buena. Vaya, es muy buena! Es justo aquello para lo que lo usamos, lo que nos hará sentí mejor: su efecto terapéutico. Pero es importante recordar que como sustancias químicas, también tienen otros efectos sobre nuestro cuerpo. Y algunos de esos efectos se pueden confundir con una reacción alérgica, sin serlo realmente. Por ejemplo, muchas personas que toman diclofenaco, encuentran que les da dolor en la boca del estómago. Esto no es una alergia: es un efecto adverso. Parte de los efectos químicos del diclofenaco sobre el cuerpo es justamente interactuar con nuestro estómago, lo que en algunas personas ocasiona ese dolor. Esto le pasa a mucha gente, es ocasionado por el fármaco y no involucra a nuestras defensas. Esto es un efecto adverso.
El proceso de diagnóstico: una consulta detallada es clave.
Es importante para un alergólogo platicar contigo para saber en qué consistieron tus síntomas, cuánto tiempo transcurrió entre el uso del medicamento y la reacción, si te había pasado antes, etc. Es por eso que se necesita una consulta antes de determinar a qué medicamento específico se le puede atribuir.
Aquí se añade también otro punto muy importante: para distintos medicamentos, se pueden requerir pruebas diferentes. Algunos se deben probar aplicándolos en piel, para otros es necesario que se administren nuevamente tomados por boca, pero en una dosis menor. Algunas reacciones intensas de alergia implican que ese fármaco no se debe volver a utilizar, ni siquiera para hacer una prueba.
Es por todo esto que la alergia a fármacos requiere pruebas de diagnóstico que se deciden después de haber aclarado todos estos puntos.
Es el deseo de todo médico, ayudar a una persona a encontrar respuestas, tranquilidad y salud. Y en el caso de la alergia a fármacos este objetivo empieza con un análisis cuidadoso de tu historia personal con los medicamentos.
Y si has llegado hasta este punto, gracias por leer y espero encuentres esta información orientadora!
Saludos y nos vemos allá afuera!